En la sociedad actual parece que la igualdad entre hombres y mujeres está muy cerca, pero es un espejismo, queda mucho por hacer, en unos rincones más que en otros. Aun el valor que se le otroga al hombre está por encima del de la mujer.
En este blog vamos a reconocer el trabajo de la mujer a lo largo de la historia, desde reinas a amas de casa, todas tienen su valor
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07 febrero, 2011

VUELA ALTO, NO TE RINDAS

Hace poco escuché en un programa de debate y discusión un dato que me sorprendió: "El 97% de las personas que renuncian a su vida laboral por la familiar son mujeres". Automáticamente, se me encendió una "bombillita" y empecé a buscar entre mis materiales de tutoría para escribir lo siguiente:

CARTA DE UNA MADRE A LOS REYES MAGOS (que tampoco entiendo que tengan que ser los tres hombres, puesto que las mujeres también hacemos cumplir sueños y en ocasiones más de uno)

Queridos Reyes Magos:
Les escribo esta carta con un lápiz rojo de mi hija, en el dorso de un recibo, sentada al lado de la lavadora entre un lavado y otro, y quién sabe cuándo volveré a tener un poco de tiempo libre en los próximos 18 años.
He sido una buena madre durante todo el año. He alimentado, aseado y cuidado a mis hijos todos los días. He visitado al pediatra muchas más veces de lo que he visitado a mi propio médico aún encontrándome mal. He vendido 62 papeletas de lotería de Navidad del fútbol de mi hijo mayor, he cambiado cromos, comprado chuches,...
Lelevo a mis hijos al cole, a las actividades extraescolares, les ayudo con los deberes, a preparar sus exámenes, juego con ellos, les llevo al parque con sus amigos, a montar en bicicleta,...
Recojo y ordeno su habitación, que queda como una leonera tras pasar por ellos allí un ratito. Es increíble cómo se trasladan los juguetes de las estanterías al suelo porque ¡ninguno los ha cogido!. Les preparo la ropa, sus mochilas, el almuerzo para el recreo,..., para que todo esté listo y no les falte nada. En fin, me esfuerzo por hacer que su vida sea lo más feliz posible, sin problemas ni preocupaciones.
Pensaba que quizás, como nunca les he pedido nada, este año podrían traerme algunas cositas. Aquí detallo mis deseos:
Me gustaría una barriga plana, unos brazos que no dolieran y fueran lo suficientemente fuertes como para apartar a mi hijo y a mi hija del estante de las golosinas, mientras tienen una rabieta en medio del supermercado. También quisiera una cintura, ya que en algún sitio perdí la que tenía, hacia el séptimo mes de mi último embarazo. También me gustarían unos cristales y paredes resistentes a las huellas y a las pintadas, así como un rinconcito secreto donde poderme esconder para hablar por teléfono.
A nivel práctico, me gustaría que no se peleasen, unos vaqueros que se abrochen sin necesidad de tanta fuerza, así como algún invento que me recuerde día a día lo mucho que valgo y puedas así aumentarme mi autoestima como madre. También me gustaría una voz nueva, ya que la que tengo parece estar fuera del alcance auditivo de mis hijos y por más que me esfuerce no logran escucharme. Sería maravilloso si consiguiera que mis hijos ayudaran en casa sin necesidaad de pedir un premio a cambio.
Si fuera tarde para encontrar todo esto, quisiera al menos el tiempo suficiente para mí, para cepillarme los dientes sin prisas, peinarme decentemente, maquillarme, ir de tiendas a la sección femenina y no sólo a la infantil,... Tiempo para tener el lujo de sentarme y comer la comida caliente y no fría, así como experimentar qué se siente durmiendo una noche entera del tirón, sin interrupciones de ninguna clase.
Bueno, queridos Reyes, la alarma de la secadora me indica que ha terminado su ciclo y mi hija pequeña se ha dado cuenta de que estoy aquí encerrada. Creo que quiere que le devuelva su lápiz. Que tengan un buen viaje y recuerden sacudirse el polvo de sus sandalias antes de entrar. Pueden comerse las galletas que les hemos dejado en la mesa, pero cuidado con echar migas en la alfombra.
Con cariño, MAMÁ.
P.D. Ah!, otra cosa, pueden anular todos mis deseos con tal de que hagan que mis hijos crezcan felices, sanos y se conviertan en personas de bien.

Después de leer todo ésto, poco más se puede decir, algo en lo que pueden verse reflejadas muchas madres del mundo que reniegan a todo sin recibir nada a cambio. Por ello, he decidido colgar el siguiente video como mi forma particular y especial de homenagear a todas aquellas mujeres que renuncian a todo, hasta a su propia vida, por sus hijos/as y su vida familiar, para que nunca dejen de recordarse lo mucho que valen, para que jamás pierdan las ganas de luchar y superarse, para que sigan volando alto, muy alto.

1 comentario:

  1. Qué buena reflexión! Nunca está demás volver a repetirnos a nosotras mismas que no debemos renunciar a "nada" ni abandonar nuestros deseos.
    Tod@s tenemos que buscar la manera de compaginar trabajo y familia, aspiraciones laborales y personales...pero que dificil es algunas veces.
    El sacrificio de todas esas mujeres no debe quedar en el olvido. Gracias mami!

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